Es posible vivir la maternidad desde el placer
Mis ganas de contribuir a la sociedad
Desde bien pequeña, cuando me imaginaba de mayor, no me veía en un despacho ni trabajando para una multinacional. Siempre me imaginaba trabajando para una ONG, en alguna profesión sanitaria. En los hospitales me sentía como en casa, con ese sentimiento de que aquello ya era conocido para mí.
Un verano tuve la oportunidad de cuidar de mi abuela, que se encontraba enferma. Esos días con ella despertaron en mí el interés por el cuidado y años más tarde allí estaba yo, estudiando enfermería, la profesión que me ha apasionado durante más de 20 años.
La revolución de la maternidad
La maternidad supuso para mí un renacimiento en toda regla. Ese sentimiento de amor y protección incondicional, el sentir la dependencia absoluta de mi criatura, y la reconstrucción de mi nueva identidad suspuso una oportunidad para revisarme y reorientar mi actividad. Comencé a buscar mi forma de criar leyendo, acudiendo a grupos de crianza y rodeándeme de otras mujeres con las mismas inquietudes. En esa búsqueda decidí, también, que quería trabajar con niños.
Hacía tiempo había hecho un curso de lactancia en el hospital. Un curso muy muy básico, pero que para mí fue como abrir una ventana a un mundo por descrubrir. Allí quedó esa semilla dormida, que comenzó a crecer con los problemas de lactancia con mi primer hijo.
Superamos una pérdida de peso de más del 10% de la que nadie me avisó con tiempo, un frenillo corto que no se diagnosticó, iniciar una suplementación que dio lugar a una alergia a la proteína de vaca... Una carrera de obstáculos que fuimos saltando totalmente solos, perdidos, con la sensación de que nuestra lactancia estaba echada a su suerte. Si conseguíamos remontar estupendo. Si no, ahí estaba la fórmula. Quedó tanto por hacer, tanto por valorar y apoyar.. tanto de lo que entonces no era consciente, pese a mi carrera sanitaria.
La lactancia llega a mi vida para quedarse
Pese a todo, pudimos disfrutar de una lactancia de más de tres años, y una idea comenzó a cristalizar en mi corazón.
Las madres no debemos encontrarnos solas durante el posparto
La llegada del bebé debería ser un momento de disfrute, de cuidado, de calma para organizar la nueva familia que acaba de nacer.
Pero cuando la lactancia va mal... Todo se descontrola.
Por eso deberíamos sentirnos sostenidas y apoyadas, y no solas y angustiadas. La sensación de ansiedad de una madre cuando siente que la lactancia no va bien... sólo lo sabe quien lo ha experimentado.
Con esta idea, decidí formarme como asesora de lactancia y comencé a facilitar grupos de apoyo en el barrio y a acompañar familias en su domicilio. Esta actividad cada vez fue tomando más y más tiempo y fuerza en mi día a día, hasta que en 2022 me certifiqué como IBCLC.
Es encontonces cuando El gozo de la maternidad sale a la luz, cuando diseño los programas que ahora te ofrezco, para que puedas encontrar aquello que necesitas para ti y tu familia.
Curso asesora de lactancia. Multilacta. 120 horas. (Reconocido por la IHAN)
Curso de120 horas formación IBCLC, Edulacta (sello IBTI)
Experto en anquiloglosia, Edulacta (sello IBTI)
Experto en Alimentación complementaria, Edulacta (sello IBTI)
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La aromaterapia me encontró
La aromaterapia me encontró siendo ya madre de dos, cuando mi hija pequeña tenía justo un año. Estaba pasando una etapa complicada de mocos y tos, y varias personas me habían hablado sobre ella. Iba a la farmacia, miraba los aceites y los difusores y pensaba "vale, me lo llevo a casa y luego... ¿Cómo los uso?"
Entonces conocí a una persona que me habló de unos aceites esenciales de gran pureza, de grupos de consulta, de clases gratuitas... acudí a una de esas clases y sentí que había encontrado justo lo que estaba buscando. Un proveedor de aceites esenciales con un estándar de calidad inmejorable, acompañamiento en mi proceso de iniciación y formación, ¡Qué más podía pedir!
Compré mi primer kit de aceites y desde entonces, la arometarapia forma parte de mi vida, hasta el punto de que no puedo entender la maternidad sin ella.
Llegaron las primeras experiencias con mis hijos y conmigo misma. Una de tantas, en la que los aceites nos ayudaron a todos a dormir tras llevar varias noches los peques con mocos y tos llegó a convencer a. mi marido, excéptico donde los haya. Desde entonces me pedía el difusor ("no te olvides de poner el difusor") cuando me tocaba guardia nocturna en el hospital.
Comprobé una y otra vez cómo nos ayudaban a volver al equilibrio tanto físico como emocional y los comencé a usar para todo. Internamente, para recuperar mi equilibrio en cápsulas, en infusión, en postres u otras recetas. Externamente, sobre la piel comencé a realizar mi cosmética libre de tóxicos (serum facial, desodorante, crema corporal nutritiva, crema para la piel atópica de la peque, masajes para aliviar el dolor de articulaciones y músculos...) y en el difusor para mantener el ambiente de casa limpio, la nariz y los pulmones despejados y transitar retos emocionales importantes como la incorporación al cole o el destete nocturno de mi hija.
Al poco tiempo comencé formación universataria, y entonces entendí que los aceites esenciales son pontentes fitofármacos, seguros en la mayor parte de las ocasiones, pero que necesitan de una dosificación, mezcla y administración adecuada.
Desde entonces los utilizo en mis acompañamientos de lactancia y también mentorizo a las personas que desean introducirse en su uso, para que puedan disfrutarlos en todas sus dimensiones y de forma segura.
Aceites esenciales y su empleo terapético: Bases y fundamentos. Emovere natura, UPC
Aceites esenciales y su empleo terapéutico: Seguridad clínica y usos prácticos. Emovere natura, UPC
Aceites esenciales y su empleo para el embarazo, parto y posparto. Emovere natura, UPC.
Y sentí el llamado de acompañar partos
Al convertirme en madre pude experimentar dos partos muy diferentes.
El de mi hijo, inducido e intervenido pese a mi determinación por darle un nacimiento fisiológico y el de mi hija, libre, natural y poderoso. Las dos experiencias me enseñaron mucho.
La primera, que los partos son imprevisibles, que es importante fluir y tener los recursos adecuados para tomar la mejor decisión en cada momento, y que a veces esa decisión no es exactamente la que habrías deseado. También fue una toma de consciencia de lo que me faltó, y la fuerza para buscarlo.
La segunda, que cada experiencia es única e incomparable. Que mi cuerpo era capaz de parir un nuevo ser sólo contando con su diseño, con sus hormonas, simplemente ayudado por una mirada atenta. Busqué durante el embarazo y llegó a mí hipnoparto como un a forma maravillosa de trabajar aquello que necesitaba y pude experimentar un parto intenso, bello y sin dolor. Pude experimentar el placer de sentirme alineada con mi bebé, con mi cuerpo y sus procesos.
Por eso te ofrezco prepararte con hipnoparto. Porque tras experimentarlo, sentí la necesidad de formarme y ponerlo a tu servicio. Y ahora, siento que este propósito queda completo. Ayudando a vivir el parto conectadas con el poder de nuestros cuerpos, estableciendo la lactancia si es lo que deseas, recuperando la confianza en nosotras como mujeres y madres. Iniciar la maternidad sintiéndonos seguras, poderosas y capaces. Esa es mi forma de cambiar el mundo.